11/12/09

Maximiliano Guerra o una década de excelencia

Nota del diario El Argentino
http://www.elargentino.com/nota-68133-Una-decada-de-excelencia.html

03-12-2009 / El bailarín celebra los 10 años del Ballet del Mercosur, en un espectáculo con invitados muy especiales. "Cuando nos juntamos un músico de Uruguay con un bailarín de Brasil le encontramos a nuestras diversidades un criterio único para llegar a ser un ballet real", dijo sobre el show.

Analía Farjat

El chico fue primera figura del Teatro Colón, Teatro Argentino, Los Ángeles Ballet Company, English National Ballet, Deutsche Oper, Teatro Alla Scala de Milan, Kirov Ballet, Bolshoi de Moscú, el Wielki de Varsovia y el Teatro San Carlo de Nápoles. Sin embargo, tenía una asignatura pendiente: integrar a los artistas de Latinoamérica sin distinción de nacionalidades. “Cuando nos juntamos un músico de Uruguay con un bailarín de Brasil le encontramos a nuestras diversidades un criterio único para llegar a ser un ballet real”, explica Guerra.

–¿ Cuál fue el mayor desafío en estos 10 años? ¿Alguna vez sentiste que te habías equivocado?
–Durante 2003 y 2004 fue difícil, fueron los años más duros para el arte en general en Argentina. Era muy complicado seguir incentivado y además, los viáticos y pasajes para traer coreógrafos extranjeros se hacían cuesta arriba. Pero no, nunca pensé que esto fuera un error. Tuve y tengo un gran convencimiento.

–Una de las metas de la compañía es acercar la danza a la gente. ¿Qué balance hacés de eso?
–Más que satisfactorio. Con las giras que hicimos y hacemos llevamos al baile a todos los rincones de nuestro país, Uruguay, Paraguay o Chile. Lo importante de esto es brindar la posibilidad de ver bailar a alguien que a lo mejor nunca tuvo acceso a un teatro, dar a conocer la danza y hacerla disfrutable. Yo nunca me olvido que en inglés nos dicen entertainers, es decir entretenedores. Un artista es, ante todo, eso.

–¿Te sentís formador de otros bailarines?
–Sí, y también acompañante y colega. En mi rol de formador, trato de que sean dúctiles, que tengan compromiso con el arte.

–¿Qué aciertos y errores de tus maestros rescatás (o no)?
–Los aciertos los llevo grabados en mi cuerpo, son como herencias que hay que respetar. De los errores hay uno principal: cuando yo estudiaba todo era un poco más dictatorial en la manera de llevar un ensayo, una clase, había un estilo despreciativo (“¡eso así no!”, te gritaban). Yo creo que hay que reformular la corrección para convencer a los bailarines de que creo en ellos y que lo que intento es ayudarlos a sacar lo mejor.

–¿Cómo va a ser el espectáculo?
–Va a ser en tres partes y recorre fragmentos de 17 obras que fueron significativas para la identidad del Ballet y para los bailarines que pasaron por él. Como es mucha gente y no pueden estar todos, va a haber proyecciones con flashes. Además, habrá música en vivo con Daniel García y Tangoloco, que son muy amigos del Ballet. Recorremos obras de Oscar Araiz, Sergio Berto, Eduardo Rivero, coreografía de Mora Godoy, tango, contemporáneo, clásico, de todo un poco, para que sea una fiesta.